La Violencia

                                              En Colombia hay un exceso de población rural 

“Y a eso contribuía el tradicional y atávico enfrentamiento ideológico y sentimental entre conservadores y liberales, entre godos y cachiporros, entre azules y rojos: dos banderías que en el país nunca fueron materia de libre elección personal, sino que se transmitían hereditariamente con el fanatismo de los dogmas religiosos: los viejos y queridos odios.” (Caballeros, 2016)

Nos situamos en Colombia, años 1946 a 1958, en un periodo denominado La Violencia. Una violencia con tintes políticos, sociales, económicos y religiosos. Caracterizado por el bipartidismo, el nombre de este periodo de tiempo nació con la competencia entre conservadores y liberales y con el odio entre estos dos. La Violencia, basada en la repulsión hacia lo diferente, no era mas que una táctica por el minoritario partido conservador, con el fin de mantenerse en el poder. Respaldados por la religión, comienza la persecución antiatea, antimasónica y anticomunista, y con eso, el antiliberalismo.

 Con un gobierno conservador, y como si se tratase de una bola de nieve rodando por una colina, los problemas del país fueron alimentando a la Violencia. Con el desarrollismo del gobierno de Ospina Pérez, el campo se convirtió en un lugar peligroso, dando como consecuencia el desplazamiento forzado de campesinos, obligándolos a refugiarse de manera informal en las ciudades bajo pobres salarios. Con esto, no solo crecieron las ciudades y la producción industrial, sino también el descontento de la gente y las huelgas. Las uniones de los trabajadores liberales fueron desplazados por uniones conservadoras.

Bogotazo. Abril 9, 1948
 La violencia ahora había extendido su rango de participantes. Pasó de ser únicamente del gobierno a involucrar terratenientes, mayordomos, comerciantes y transportadores. La policía, diferente en cada departamento, también se involucró. En vista de esto, los liberales no tuvieron otra opción, montaron resistencia. Sin embargo, estos seguían siendo partidarios de la paz, haciendo uso de muestras simbólicas como marchas y minutos de silencio. Gaitán, en la cabeza de esto, luchó por esa paz del pueblo, conmoviendo a las masas con sus discursos. Con su asesinato, los liberales se manifestaron, Bogotá se convirtió en un campo de batalla. Lo siguieron meses de falsa calma. Regiones como los Santanderes, los Llanos, Cundinamarca, zonas cafeteras del viejo Caldas, Boyacá, Casanare y Meta vieron cómo se levantaban autodefensas militares anunciadas por Gaitán. Para este momento, la Violencia llegaba a cada rincón del país, con un aumento exponencial en el numero de victimas.

     Lejos de acabar con la pesadilla, los conservadores purgaron todas las instituciones (Corte Suprema, Tribunal Electoral, Consejo de Estado) de magistrados liberales, se tomaron todo el poder. El congreso se clausuró, y la OEA declaraba Anticomunistas a los países americanos. El presidente, Laureano Gómez, que había unido al liberalismo y al comunismo como si fuesen términos semejantes, incitó al odio hacia toda persona liberal. A partir de ahí, los rojos se sumergieron en una sádica persecución. Fueron despojados de sus cargos administrativos, los policías liberales fueron expulsados y se crearon grupos de "caza": chulavitas boyacenses y "pájaros" vallecaucanos, todos servidores del partido conservador.

     En víspera de elecciones, las cedulas votantes liberales fueron destruidas. La manipulación de las elecciones por parte de los azules ya estaba anunciada. Al momento de votar, un único candidato, conservador, se presentó. Con su nuevo mandato, Laureano Gómez instauró el fascismo respaldado por la iglesia cristiana.

"El cristo campesino, o la tragedia de Colombia".1962.

Fuente: La Violencia en Colombia

     Se consideró como el periodo más sanguinario y                                                  terrorífico para la gente liberal. Servicios de inteligencia, las Polpol (policías políticas), chulavitas y pájaros, mantenían el control rural por medio de la intimidación. La democracia se perdió. Desde arriba, se tomaron decisiones para suprimir y controlar al pueblo: censura, control de la prensa, imposición del orden cristiano, eliminación de la educación mixta, fin de la enseñanza sexual, etc. La violencia ya no distinguía clases, todo liberal debía ser erradicado. Lo anterior, llevó al asesinato de familias, niños y fetos, haciendo uso de tortura y degollamientos con técnicas crueles como el corte de corbata, corte de franela y el de micra.

    Una luz de libertad apareció con la subida del general Rojas Pinilla al poder en nombre de las fuerzas armadas y el exilio del jefe del partido conservador. Aparentemente el baño de sangre había acabado, sin embargo, con un gabinete de ministros netamente conservadores, la ideología azul se mantenía. Con el tiempo, la dictadura se tornó personal, buscando idolatrar a Rojas Pinilla. Al mismo tiempo, las dictaduras latinoamericanas se unían en una cruzada anticomunista; la pesadilla seguía. A pesar de la buena racha económica, el descontento de la gente era evidente. La censura de prensa y radio, así como la clausura de periódicos liberales y la corrupción a favor de la familia del dictador, fueron fuentes de múltiples protestas perdidas. Se instauró la resistencia civil, encabezada por Alberto Lleras. 

Firma Frente Nacional, Julio 24, 1958

    El final llegó con la firma de Alfonso López, Alberto Lleras y Laureano Gómez para los pactos
bipartidistas del frente civil, donde los conservadores abandonaban la violencia y los liberales se comprometían a impedir sus mayorías electorales. Según el pacto, habría tanto liberales como conservadores en los tres poderes de estado, así como una alternancia de presidencia durante 16 años. Tras quedar solo, Rojas Pinilla entrega el poder y se exilia en España.

Comentarios

Entradas populares