CONSTRUCCIÓN DE TERRITORIOS VIRTUALES

 Instagram es una plataforma que permite la interacción, por medio de fotos, likes y comentarios, con personas de cualquier rincón del mundo. Esta red social integra y agrupa a su comunidad según intereses en común. Con esto dicho, podríamos contemplar la posibilidad de ver a esta red social como un territorio, ya que en ella podemos ver características propias de este:

En primer lugar, Instagram es escenario de múltiples relaciones sociales. Como seguidores y usuarios de la plataforma, tenemos la capacidad de acceder al contenido de distintos creadores, escribir mensajes con otros usuarios, votar en encuestas y hacer “en vivos”. Incluso, podemos compartir nuestros pensamientos de forma pública en los comentarios, de tal forma que se genere un espacio dialogo con perfiles nuevos, personas que compartan nuestra opinión o que estén en desacuerdo. Todo esto representa un mundo digital en el cual podemos acercarnos al día a día de los demás.  

Por otro lado, Instagram ha sido creada por y para la comunidad. Es decir, más allá de la programación de la aplicación, las reglas de uso impuestas por la app, así como las reglas implícitas y los patrones de comportamiento, han sido establecidos por los mismos usuarios. Desde el momento en el que, como persona me registro en la aplicación, me convierto en miembro de una comunidad, firmo un contrato social con los otros usuarios.   

 

Finalmente, la actividad espacial de los actores es diferencial. Bajo la relación creador-seguidores, se ha establecido una jerarquía cuyo pilar principal es el número de seguidores. Con esto en mente, los creadores más relevantes, o influencers, reciben una cantidad de beneficios: desde un mayor engagement por parte de la aplicación, hasta la posibilidad de pautar con marcas reconocidas a nivel mundial.

 

Ahora bien, dentro de la interacción cuerpo, territorio y ciber-territorio, puedo afirmar que Instagram ha evolucionado con el tiempo, superando la importancia de cualquier red social. Instaram se ha mezclado con nuestra realidad, algo que le ha otorgado la capacidad de moldearnos como personas y como habitantes de un territorio. Como lo hemos hablado en sesiones anteriores, las redes sociales son un ente crucial en cómo establecemos relación con nuestro cuerpo, teniendo en cuenta las expectativas y los estándares que esta genera. Sin embargo, esto no es algo establecido por la aplicación misma. Es decir, así como ella nos moldea, nosotros como individuos a su vez la construimos, la alimentamos y la habitamos. Por ende, somos responsables de todos aquellos efectos y alcances que esta pueda tener.